Número primo es aquel número natural mayor que uno que
sólo es divisible por él mismo y por la unidad. Por ejemplo, los primeros
números primos son: 2, 3, 5, 7, 11, 13, 17, 19, ...
El Teorema Fundamental de la Aritmética afirma que
cualquier número no primo (compuesto) puede escribirse de una única manera como
producto de números primos. Por ejemplo:
70 = 2.5.7 . Los números primos
son, por tanto, los cimientos sobre los que se construye todo el edificio de la
Aritmética, razón por la cual constituyen el objeto central de su estudio.
Ya Euclides, en el siglo
III a.C., demostró de un modo sencillo y elegante que hay infinitos números
primos, es decir, siempre hay uno mayor que cualquiera que encontremos por muy
grande que sea. A partir de entonces ha atraído en gran manera a los
matemáticos y aficionados a esta disciplina la idea de obtener una fórmula que
nos permita expresarlos todos o al menos un conjunto indefinido de ellos, algo
que no se ha conseguido.
Sí que hay métodos para ir formando
ordenadamente la sucesión de los números primos y actualmente con la ayuda del
ordenador se puede ir generando estos números con una enorme rapidez, pero no
existe un procedimiento de cálculo que nos diga cuál es el número primo que
ocupa un determinado lugar en la sucesión. Sí que sabemos que entre los más
grandes cada vez son más escasos los números primos. Hay 25 entre los 100
primeros naturales, 21 entre los 100 siguientes, etc..
El primer método de construcción de los
números primos que se conoce es el debido al matemático griego Eratóstenes
de Cirene, quien en el siglo III a.C. dio un método para seleccionar
números primos, que consistía en ir tachando los números que no son primos de
la sucesión ordenada de los números naturales.
Si cogemos los 100 primeros números
naturales y aplicamos lo anterior tenemos lo que se conoce como Criba de
Eratóstenes. Para su construcción ordenamos dichos números formando seis
columnas. A continuación procedemos del siguiente modo:
q
Se tacha el 1, que no es primo.
q
Eliminamos los múltiplos de 2, excepto el 2,
es decir los números de las columnas 2ª , 4ª
y 6ª .
q
Se eliminan los múltiplos de 3, salvo el 3
(columna 3ª , pues la 6ª ya está eliminada).
q
Quitamos los múltiplos de 5, salvo el 5, y
los múltiplos de 7, excepto el 7. Tanto unos como otros se encuentran formando
diagonales.
Los que van
quedando son los que constituyen la sucesión de los números primos, que como
podemos observar en el gráfico presentan una cierta regularidad, aunque no lo
suficiente como para encontrar una expresión matemática que nos permita su
construcción.
Si que existen algunas fórmulas que nos dan un número finito de números primos como la descubierta por Euler en el siglo XVIII, ,
, que da números primos desde
hasta
El récord actual de polinomios cuadráticos que dan
números primos para valores consecutivos de n lo ostenta el polinomio de Ruby:
que da 45 primos para n = 0, 1, 2, ...., 44, pero es compuesto para n = 45.




Goldbach probó en 1752 que ningún
polinomio (y Legendre que ningún cociente de polinomios) en una variable y de
coeficientes enteros es primo para todo n. En otras palabras, no existe ninguna
“fórmula sencilla” que genere sólo números primos.

A partir de entonces el récord se ha ido
batiendo continuamente hasta llegar a diciembre de 2005 en el que se obtuvo el
que hasta la fecha es el mayor número primo conocido. Este ha sido descubierto
por una pareja de científicos norteamericanos, los doctores Curtis Cooper y
Steven Boone, y posee un total de
9.152.052 cifras, con lo que se han acercado enormemente a los diez millones de
cifras que es la meta para ganar los 100.000 $
destinados a quienes lo consigan. El número encontrado es el 43º primo de Mersenne conocido hasta ahora y
viene dado por: 230402457-1.
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